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Ecología

El hábitat y el territorio.

 El lince ibérico es una especie muy selectiva en la elección del hábitat, seleccionando preferentemente áreas de bosque mediterráneo con refugio (grandes áreas de arbustos y / o rocas) y comidas abundantes.

El lince ibérico evita espacios abiertos. Sin embargo, durante los movimientos dispersivos, puede ocurrir en áreas con vegetación, como matorrales, bosques y pastos.

El territorio de las hembras es la base de la dinámica poblacional de este felino. Los machos mantienen territorios individuales, que defienden contra otros machos, y que se superponen a los territorios de varias hembras. Los machos establecen áreas más grandes, entre 4 y 15 km2, y las hembras establecen territorios más pequeños, de unos 5 km2.

El conejo de monte constituye entre el 80 y el 100% de la alimentación del lince ibérico, dependiendo de la zona geográfica o de las estaciones del año.

Las necesidades energéticas de un lince adulto están entre las 600 y las 1000 kcal, lo que corresponde aproximadamente a la energía contenida en un conejo de monte adulto. Una hembra con dos crías necesitará cazar alrededor de tres conejos al día. La densidad mínima de conejo de monte requerida para la reproducción del lince se estima en aproximadamente cuatro conejos por hectárea.

Sin embargo, otros vertebrados, como roedores, liebres, perdices y aves también pueden ser presa del lince ibérico, aunque en porcentajes significativamente más bajos. En el valle del Guadiana hay registros de capturas de gamos.

 

Lynx, un superpredador

El lince ibérico puede coexistir con otros carnívoros salvajes, pero no los tolera en sus territorios, e incluso puede matar carnívoros como el zorro, el meloncillo, el gato montés o la gineta. Aunque no se alimente de otros depredadores, los expulsa de sus territorios.

 

Depredación compensatoria

Estudios científicos realizados en la década de 1990 revelaron que la presencia del lince ibérico en un área determinada favorece a las poblaciones de conejos de monte, ya que controla la densidad de otros depredadores como el zorro y el meloncillo, capturándolos o manteniéndolos alejados de su territorio.

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